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Seis recomendaciones para combatir la desinformación en la era de las ‘fake news’

En la sociedad actual, las fake news corren como la pólvora. Solo hay que encender la mecha y las noticias falsas, engañosas o poco precisas se propagan rápidamente, ya que muchos ciudadanos creen a pies juntillas cualquier creencia que les transmiten sus contactos.

Las redes sociales contribuyen, muchas veces, a potenciar esa desinformación. Así, con motivo del aniversario de Twitter, que se celebró ayer 21 de marzo, la compañía especializada en servicios avanzados de ciberseguridad All4Sec, ha querido ofrecer un resumen sobre cómo las redes y los medios nos pueden llevar a confusión y cómo combatir la desinformación.

Detectar la falta de objetividad en los medios

El sesgo en la información tiene muchas variables en las que apoyarse. De forma intencionada o no, muchas veces encontramos informaciones que no son objetivas o incluso pueden llegar a ser falsas en algunos medios de comunicación. Aunque ya conocemos las técnicas que diferencian a una información veraz y rigurosa de una poco acertada, All4Sec ha detectado algunas de ellas:

  • Utilización (o no) de determinados detalles de la información. Se pueden dar detalles de una historia e ignorar otros. La información parcial conduce habitualmente a conclusiones sesgadas y, por ende, a la desinformación.
  • Ubicación de la información. El lugar donde se coloque una noticia es muy relevante. Por ejemplo, no es lo mismo incluir un artículo en la sección de sucesos que en la sección financiera.
  • Titulares. Los titulares son lo más leído por cualquier persona y pueden estar sujetos a sesgos. Desde el sensacionalismo a la irrelevancia, la forma de resumir una noticia en un titular puede inducir a confusión.
  • Imágenes o tomas de vídeos sesgados. Las imágenes suelen ser un recurso muy utilizado en la información, pero hay que ser cuidadoso a la hora de seleccionarlas, porque pueden dirigir la opinión del destinatario en un camino determinado.
  • Referencias a la fuente. La fuente de información juega un papel doble, según All4Sec. Por una parte, porque la propia fuente tiende a dar su interpretación de una información; por otra, porque la fuente puede tener cierta capacidad de influencia en el lector, por propia credibilidad, a la hora a asumir la veracidad de la narrativa.
  • Uso de datos estadísticos. Los datos son importantes para justificar las afirmaciones. Sin embargo, en ciertas situaciones pueden conducir a conclusiones opuestas y bien argumentadas que son difíciles de contrastar, salvo a través de un análisis profundo.


Las ‘fake news’ en las redes sociales

La verificación de una información no siempre resulta una tarea fácil. La inmediatez de las redes sociales juega un papel preponderante en su propagación y, precisamente, el objetivo de quienes difunden fake news, es el de evitar dejar tiempo a la comprobación por parte del lector. Entre los recursos más utilizados para la desinformación en redes sociales destacan:

  • Imágenes o vídeos obsoletos que no corresponden con el momento descrito. Este es un recurso bastante habitual en el que se comprueba que la información presentada no se corresponde con el momento al que se refiere.
  • Imágenes que se hacen pasar por una situación que no se corresponde con la descrita. Este es otro escenario bastante usual en el que la información ya no solo no se corresponde con el momento en que ocurre, sino ni siquiera con los hechos que describe.
  • Correlación de situaciones que tratan de establecer una relación entre un hecho y otro. Esto se consigue difuminando el concepto de causalidad. La correlación de dos situaciones normalmente no tiene por qué suponer que existe una relación de causalidad, pero la ambigüedad hace que pueda llegar a sumirse.
  • La descalificación o el uso de la parodia de ciertos datos informativos para incidir en aquellos aspectos que pretenden reconducir, con intención de que queden en el subconsciente del destinatario.

¿Cómo combatir la desinformación?

No siempre es fácil, pero discriminar las noticias veraces de las que no lo son es un ejercicio que todo el mundo debería hacer. Una sociedad correctamente informada es una sociedad sana y democrática. Para ayudar a diferenciar las fakes news de la información rigurosa, All4Sec aporta una serie de recomendaciones y advertencias:

  • Más información no conduce siempre a estar mejor informado. Las redes sociales son un torrente de fuentes de información, pero no toda la información que se encuentra en ellas es fiable.
  • Ir a la fuente original e identificar la manipulación puede ser una buena estrategia. Aunque no siempre es sencillo localizar la fuente, no está de más preguntarse de dónde vienen los datos o las afirmaciones que nos creemos.
  • El alineamiento con las tesis expuestas por determinado tipo de información tiende a actuar como elemento amplificador de las fake news. Una persona con determinadas inclinaciones sociales, políticas o emocionales tiende a creer aquello que se adapta mejor a sus opiniones y a su forma de pensar. Evitar ese tipo de alineamientos implícitos suele ser una buena idea para combatir la desinformación.
  • Participar de manera activa en la propagación noticias dudosas no contribuye más que a su consolidación. Por eso, ante cualquier mínima duda sobre la veracidad de una información, es preferible no actuar como elemento de difusión.
  • Distinguir un comentario de la descripción de un hecho es básico. Como consumidores de la información, hay que saber diferenciar opinión de información para dar credibilidad (o no) a un artículo. En muchas ocasiones, aparecen como hechos ciertas expresiones que simplemente recogen las opiniones de las personas.
  • Leer otras fuentes de información. Probablemente con opiniones contrapuestas, se pueden identificar omisiones o diferencias de criterios a la hora de valorar una información.

Berta Jiménez

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